Hipertensión

¿Qué es la hipertensión?

Es la elevación de los niveles de presión arterial. El corazón en cada latido ejerce una presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los órganos. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación.

Se puede tener la tensión alta sin tener ningún síntoma, sin embargo al irse desarrollando durante años puede llevar a aumentar el riesgo de padecer graves problemas de salud como el ataque cardíaco y el accidente cardiovascular. Afortunadamente es fácil de detectar y así poder tratarla para conseguir controlarla y minimizar los posibles daños.

 

 

 

¿Cómo se diagnostica y qué niveles son los normales?

Se realiza utilizando un medidor de presión. Se da en milímetros de mercurio (mm Hg) y consta de dos valores. El primero, o mayor, mide la presión en las arterias cuando el corazón late (presión sistólica). El segundo, o menor, mide la presión en las arterias entre los latidos del corazón (presión diastólica).

Hay que tener en cuenta:

  • No produce síntomas y puede pasar inadvertida.
  • Es más frecuente a partir de los 40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
  • Hay predisposición familiar, aunque se da también en personas sin antecedentes.

Se consideran distintos niveles de presión arterial:

  • Presión arterial normal. Los niveles de máximos de presión arterial sistólica (máxima) están entre 120-129 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80 y 84 mmHg. Cifras más bajas también pueden considerarse normales, siempre que no provoquen ningún síntoma.
  • Presión arterial normal-alta. Las cifras de presión arterial sistólica (máxima) están entre 130-139 mmHg, y las de diastólica (mínima) entre 80-89 mmHg. En personas diabéticas, los niveles superiores a 140/85 mmHg también se consideran altos.

 

¿Qué daños provoca la tensión arterial alta?

En general la hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobre-esfuerzo. Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.

Además de este daño evidente al corazón, puede dañar otros órganos como:

EL CEREBRO

Ictus o ataque isquémico transitorio: se produce debido al endurecimiento de las arterias o a su obstrucción.

Accidente cerebrovascular: al producirse la rotura de una arteria ocasionando una hemorragia.

Deterioro cognitivo leve y/o demencia.

LOS RIÑONES

Insuficiencia renal: al impedir el filtrado renal de los desechos de la sangre debido a los vasos sanguíneos dañados.

Cicatrización del riñón debido a la rigidez de las arterias.

OTROS ÓRGANOS

Puede causar daños en los ojos y alteraciones de la visión y disfunción sexual y en último término impotencia.

 

Tratamiento y prevención de la hipertensión

Es fundamental llevar un estilo de vida cardiosaludable. Hay que tener en cuenta:

  • El tabaco aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
  • El consumo moderado de alcohol (un vaso de vino al día en las comidas) puede ser beneficioso, pero si es excesivo provoca el incremento de la presión arterial y otras alteraciones perjudiciales el corazón y otros órganos.
  • El sobrepeso es una causa de hipertensión. Rebajarlo reduce la presión arterial y disminuye el riesgo cardiovascular y de diabetes.
  • La realización de ejercicio físico regular consigue bajar las cifras de presión arterial. Además, aumenta la masa muscular y la capacidad de esfuerzo, ayuda a controlar el peso y logra disminuir el riesgo cardiovascular.
  • Llevar una dieta cadiosaludable es muy positivo para reducir riesgos. Es bueno reducir el consumo de sal e ingerir un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales. Por último, usar aceite de oliva como grasa principal e incrementar la ingesta de aves y pescado en detrimento de las carnes rojas.
  • Evitar el estrés.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.