Zona de confort

¿Qué es la zona de confort?

Es un estado mental que no permite el crecimiento personal. Se evitan conductas que pueden producir miedo o ansiedad, siguiendo comportamiento rutinario para evitar asumir ningún riesgo. Sólo abarca lo conocido y nos hace sentirnos seguros, pero no porque estemos satisfechos sino por la ausencia de emociones negativas como la incertidumbre o la inseguridad. Aparentemente es un estado agradable pero no es estimulante y hace que a la larga se caiga en la apatía.

 

¿Qué conductas nos describen la zona de confort?

  • Falta de motivación que nos impide crecer personalmente. La motivación está ausente; es algo que en este estado creemos no necesitar.
  • Acciones rutinarias constantes sin asumir riesgo alguno. Realizamos un comportamiento repetitivo sin llegar a cuestionar qué sentiríamos si cambiáramos nuestras acciones diarias.
  • Sensación de aislamiento social. Podemos llegar a creer que no necesitamos a los demás y nos encerramos en nuestra burbuja
  • Sensación de tristeza y soledad. Sentimiento contradictorio a pesar de “estar comportándonos como queremos” dentro de nuestro entorno confortable.

 

¿Qué motivos encontramos para abandonar de la zona de confort?

Es complicado encontrar motivos que nos sirvan para abandonar la zona de confort si no realizamos un esfuerzo mirando hacia nuestro interior. Si lo logramos habremos dado el primer paso y podremos reconocer que:

  • Nos hará más fuerte como persona
  • Seremos más creativos
  • Ganaremos autoconfianza
  • Avanzaremos en nuestro desarrollo personal
  • Viviremos nuevas y gratificantes experiencias
  • Mejoraremos nuestra salud, envejeceremos mejor.

 

¿Cómo puedo salir de la zona de confort?

En este punto es necesario trabajar la autoreflexión y el conocimiento de uno mismo. Debemos abrir nuestra mente y ampliar nuestra visión. Si trabajas los siguientes puntos podrás conseguir abandonar tu zona de confort:

Reconoce tus límites – No hay nada como saber qué es lo que puedes hacer y qué es lo que nunca conseguirás. Somos humanos y tenemos limitaciones. Quien te haya dicho que las limitaciones te las pones tú mismo y que querer es poder… te ha engañado vilmente. No todos tenemos las mismas aptitudes, ni todos podemos manejarnos en las mismas situaciones de manera totalmente eficaz. Querer es el primer paso para poder, pero el éxito de llegar a conseguir tu meta depende de mil factores que debes aprender a gestionar, así que no basta sólo con QUERER. Requiere humildad y autoconocimiento sin olvidar que todos tenemos un potencial a medio descubrir dentro de nosotros.

Rodéate de buena compañía – Podrás mejorar tu capacidad autocrítica y valorar más aún cualidades que quizá no seas consciente que tengas. Además surgirán nuevos apoyos que te darán otra visión de las cosas.

Aprende a aceptar – Todo es discutible y todo es planteable. Es decir, las normas las puedes poner tú por eso debes saber aceptar, en general. Aceptar a los demás, aceptar situaciones e incluso aceptarte a ti mismo. Eso te enriquecerá y te hará crecer como persona.

Imagina lo que quieres y trabaja en ello – Visualizar tus logros es la mejor forma de llegar a conseguirlos. Intentar recorrer el camino por muy duro que sea siempre será más enriquecedor que no hacer nada, aún a sabiendas de que igual… consigas tu meta.

Haz las cosas de formas diferentes – Experimenta, duda, prueba. Es una buena manera de salir de la rutina y ver horizontes nuevos.

Frena tu ritmo – No tiene todo por qué ser blanco o negro. No quieras hacer todo tan rápido de buenas a primeras. Concédete respiros; eso ayudará a tu yo emocional.

Confía en ti mismo – trata de no pensar tanto en tus decisiones. A veces creemos que pensando mil veces las cosas no nos vamos a equivocar y no es así. Nuestro grado de perfección choca de frente con nuestro nivel de perfección.

Desarrolla tu yo espiritual – Dedícate un tiempo a ti. Reflexiona sobre lo nuevo que vas aprendiendo. Si no has practicado nunca prueba con el yoga o el mindfulness. Eso te hará crecer por dentro.

Acepta la incertidumbre – Debes de convencerte que no todo es previsible y que la incertidumbre ante lo que te puede deparar el futuro no tiene por qué ser negativa. Puede ser tu compañera de viaje no tu enemiga.

Pasos pequeños – Plantearse pequeñas metas es la mejor manera de superar la parálisis y el inmovilismo. Por muy pequeños que sean ir haciendo cambios poco a poco ya será positivo para ayudarte a conseguir retos mayores.