El azúcar

¿Qué es el azúcar?

Todos conocemos el azúcar. ¿Quién no toma un café y se echa uno o dos sobres de ese polvo blanco y cristalino? El azúcar se encuentra en todas las plantas pero se extrae comúnmente de la remolacha o la caña de azúcar. Es el que habitualmente usamos, el conocido como “azúcar común o azúcar de mesa”.

Técnicamente es un disacárido llamado Sacarosa y está formado por Glucosa y Fructosa. Nutricionalmente está compuesto en un 99,5% por Carbohidratos y casi en un 5% por Agua. Testimonialmente contiene algo de Potasio y de Fósforo pero en cantidades mínimas.

 

¿Qué tipos hay y cuál es su función?

Muchos azúcares suelen venir en forma de Hidratos de Carbono que una vez metabolizados pasan a su forma simple para ser utilizado por las células del organismo.

Su función principalmente es la de aportar energía, sin embargo se suele consumir por su sabor dulce. En el caso de ingerirlo en cantidades excesivas nos aporta calorías vacías llegando a producir un desequilibrio de la glucosa en sangre, algo negativo que acarrea serias consecuencias para nuestra salud como veremos más adelante.

 

¿Dónde está presente?

En multitud de alimentos. Algunos que conocemos de sobra y cuya ingesta es preferible evitar, como bollería, zumos, galletas, refrescos, bebidas energéticas, cereales, chocolate con leche, tomate frito, chucherías, mermeladas…

También está presente en otros alimentos mucho más saludables como frutas y verduras, ya que aportan otros nutrientes como vitaminas y/o minerales y se metabolizan de forma distinta.

En la tabla se muestran diferentes frutas y verduras y su contenido en azúcares:

 

¿Cómo es su metabolismo? ¿Qué ocurre cuando tomamos azúcar?

Tras producirse la ingesta de azúcar, por la acción de diferentes enzimas  se consigue degradar la Sacarosa aumentando así la concentración en el torrente sanguíneo de Fructosa y Glucosa. El aumento de Glucosa va a provocar la segregación de Insulina por parte del páncreas.  Lo que hace la insulina es facilitar la metabolización de la glucosa, en decir, gracias a ella puede ser utilizada por las células para generar energía. Si la ingesta de azúcar es razonable sin ser excesiva, una vez que los niveles de azúcar en sangre son los normales, se deja de segregar la insulina.

 

¿Pero qué pasa si el aporte de azúcar es demasiado alto?

Pues que el páncreas no va a ser capaz de segregar tanta insulina como para equilibrar el nivel de glucosa en sangre, con lo cual ésta no se llegará a metabolizar y se convertirá en grasa que se irá acumulando alrededor de las vísceras generando consecuencias para la salud como:

  • aumento de peso
  • problemas cardiovasculares
  • resistencia a la insulina
  • deterioro de las funciones cognitivas
  • caries
  • glicación o envejecimiento prematuro de la piel.

 

¿Qué es la Diabetes tipo 2?

Uno de los problemas a largo plazo que suelen aparecer tras llevar años consumiendo azúcar en exceso es la aparición de la Diabetes tipo 2. Debido a la ingesta excesiva de azúcar, al principio el páncreas produce insulina para equilibrar el nivel de glucosa pero con el tiempo no puede mantener ese ritmo y no llega a producir la cantidad necesaria de insulina para lograr reducir el nivel de glucosa en sangre, es lo que se conoce como resistencia a la insulina. La glucosa entonces se va a acumular en el torrente sanguíneo y con el tiempo afectará a órganos como los ojos, riñones, etc. Para evitar esto, el tratamiento más común es la administración de insulina y un cambio de hábitos de vida y de alimentación.

 

¿Todos los Carbohidratos son iguales?

No. Es realmente importante la calidad de los hidratos de carbono y de cómo se toman. Para entenderlo mejor se recurre al Indice Glucémico. Es la respuesta glucémica de un alimento, es decir, mide con qué velocidad y en qué cantidad los carbohidratos de un alimento llegan a la sangre en forma de glucosa. Así, si ingerimos alimentos con distinto IG la respuesta en nuestro organismo será distinta. Si ingerimos gran cantidad de alimentos:

Con alto IG – se desencadena una potente respuesta del páncreas segregando insulina; la glucosa se va a transportar hacia las células y como consecuencia se va a producir una hipoglucemia, con lo cual se va a volver a tener sensación de hambre. Si volvemos a ingerir azúcares se desencadena de nuevo la misma respuesta.

Con bajo IG – se logra una dosificación en la segregación de la insulina; el transporte hacia las células va a ser lento, con lo cual habrá una mayor presencia de glucosa en sangre por más tiempo y por consiguiente una menor sensación de hambre (Menor variación del nivel de glucosa, mayor equilibrio GLUC/INS)

En la tabla se muestra el nivel de azúcar en sangre tras ingerir diferentes tipos de alimentos ricos en Hidratos de Carbono:

El IG nos sirve para explicar por qué cuando tenemos ansiedad y comemos algo dulce, al cabo de un rato volvemos a tener sensación de apetito:

Ingestión de calorías vacías -> Segregación de Insulina -> Disminución de Glucosa en sangre -> Hipoglucemia -> Aumento de apetito -> Ingesta de calorías vacías…

Y así con el tiempo deriva a una resistencia a la Insulina, acumulación de glucosa en los tejidos, aumento de peso, problemas, vasculares, diabetes, etc…

 

¿Por qué cuando consumo azúcar me siento mejor?

Al consumir gran cantidad de alimentos con un alto porcentaje de Carbohidratos, se va a producir Serotonina o como comúnmente se le llama, “hormona de la felicidad”. Cuando se produce una síntesis de este neurotransmisor aumenta nuestro bienestar. Por eso muchos antidepresivos contienen serotonina, sin embargo el exceso puede acarrear problemas graves de salud como insomnio, rigidez muscular o fiebre entre otros.

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